
Alfonsina Storni nació a fines del siglo XIX en Suiza, pero emigró a la Argentina a los 4 años. Tras emigrar a Argentina, su vida se entretejió con las calles de Rosario, donde se adentró en el mundo del teatro y la docencia. La escritura, sin embargo, sería su verdadera pasión, fluyendo como un río caudaloso a través de sus venas.

En las páginas de las revistas «Mundo Rosarino» y «Monos y Monadas», sus letras comenzaron a cobrar vida, explorando las emociones y cuestionando las normas sociales. La vida la puso a prueba, enfrentándola al amor no correspondido y a la maternidad soltera en un contexto que aún no la comprendía. Con gran coraje, se trasladó a Buenos Aires, donde su espíritu rebelde se vio reflejado en su obra poética.
En 1916, «La inquietud del rosal» marcó el inicio de su fulgurante trayectoria literaria. Sus versos resonarian con fuerza en toda Iberoamérica. Alfonsina no solo era una poeta, sino también una cronista incisiva, colaborando en los periódicos y revistas más importantes de la época. De espíritu inquieto de esos medios abordaba temas topicos y revolucionarios como el feminismo, el voto femenino, el divorcio y la independencia económica de las mujeres, desafiando lo convencional.

Ese espirtu inquieto tambien la impulsó a fundar, junto a otros escritores, la Sociedad Argentina de Escritores. Su amistad con figuras como José Ingenieros, Amado Nervo, Manuel Gálvez y Horacio Quiroga la ubicó en el centro de la escena intelectual de su época.
De este modo, Alfonsina Storni no solo revolucionó la poesía con su subjetividad femenina y su abordaje de temas antes vedados a las mujeres, sino que también se convirtió en un ícono de revolucion. Su obra maestra, «Ocre», marcó el punto de inflexión en su trayectoria, plasmando la transformación de la mujer sentimental en artista. Junto a Gabriela Mistral y Juana de Ibarbourou, conformó la trilogía de poetisas que abrieron las puertas a la expresión femenina en la literatura latinoamericana del siglo XX.


En 1935, la vida le asestó un duro golpe: un diagnóstico de cáncer de mama. La lucha contra la enfermedad y la posterior mastectomía marcaron un antes y un después en su vida. En 1938, la reaparición del cáncer y la profunda tristeza que la embargaba la llevaron a tomar una decisión drástica: poner fin a su vida en las aguas de Mar del Plata.
Alfonsina Storni dejó un legado inigualable: maestra, actriz, cronista, poeta, militante, madre soltera, su figura se erige como un faro de gran resplandecencia para el legado de escritores latinoamericanos. Su obra, impregnada de fuerza y sensibilidad, continúa resonando con fuerza en la actualidad.

