«Fallecimiento del Gral. Martín Miguel de Güemes: Un Acto de Devoción y Memoria»

Martín Miguel de Güemes, figura clave de nuestra independencia Nació en Salta el 8 de febrero de 1785 y a lo largo de su carrera militar cumplió un rol fundamental tanto en las guerras civiles como en la Guerra Gaucha, que mantuvo al territorio argentino libre de invasiones realistas. Rol que sin duda lo llevo a se reconocido como el “héroe gaucho” y figura fundamental en la lucha por la independencia argentina. En la actualidad continúa siendo venerada por el liderazgo y las hazañas llevada a cabo durante su lucha.

Sin embargo mas allá de su legado de vida importantísimo, su final estuvo marcado por la tragedia y la ingratitud, víctima de traiciones y rencores políticos.

A pesar de sus invaluables servicios a la patria, Güemes enfrentó la oposición de sectores poderosos, como el gobernador de Tucumán, Bernabé Aráoz, quien veía en él un rival a su poder. Aráoz no solo le negó apoyo a Güemes en su lucha contra los realistas, sino que incluso conspiró para derrocarlo y reemplazarlo por un gobierno afín a sus intereses.

En 1821, mientras Güemes se encontraba en una campaña para enfrentar a Aráoz, el general realista José Miguel de Olañeta lanzó una nueva invasión a Salta. A pesar de la victoria inicial de Güemes sobre la vanguardia realista, el gobernador Saturnino Saravia, designado por Aráoz en su ausencia, aprovechó la oportunidad para deponerlo del mando.

Traición y muerte

Herido y desmoralizado, Güemes regresó a Salta, donde fue recibido con hostilidad por sus antiguos aliados. El 7 de junio, una partida realista comandada por José María Valdés («Barbaducho») lo emboscó en la ciudad, hiriéndolo de gravedad.

El coronel realista José María Valdés («Barbaducho»), al mando de 800 hombres, se infiltró en Salta bajo la protección de la noche, descendiendo por un despeñadero cercano a la ciudad.

Güemes, que se encontraba en la ciudad despachando asuntos en casa de su hermana, fue alertado de la presencia realista por los disparos que recibió uno de sus ayudantes al cruzar la plaza. Montando a caballo y seguido de su escolta, se dirigió al lugar para enfrentar la amenaza. Sin embargo, al ser interrogado por los realistas con el tradicional «¡quién vive!», y responder con la exclamación «¡la patria!», fue recibido con una descarga cerrada que lo hirió de gravedad.

Logrando escapar, pero falleciendo diez días después en el campamento del Chamical.

La capilla de El Chamical, donde inicialmente descansaron los restos de Güemes, había sido construida por el propio general en 1818 sobre el trazado del Camino Real. Esta capilla, junto con el cementerio cercano, fue declarada monumento nacional el 7 de junio de 1944.

El traslado de sus restos en 1822 coincidió con el fallecimiento de Carmen Puch de Güemes, esposa del prócer, quien murió el 3 de abril de ese año en la estancia de Los Sauces, Rosario de la Frontera.

Los relatos de este gran suceso para la provincia y argentina, fue relatada por Juana Manuela Gorriti, hija de José Ignacio Gorriti (Gobernador de la provincia de Salta en ese entonces) al ser testigo del traslado cuando tenía siete años, brindando un relato conmovedor de esta ceremonia.

Ella recuerda cómo, a pesar del paso de dos años, su padre no había olvidado a su amigo y mantenía vivo su recuerdo.

“El luto había desaparecido del uniforme de mi padre, pero no de su corazón, donde vivía siempre, como una antorcha cineraria, la memoria del héroe que yacía bajo los bosques del Chamical.” J. M. Gorriti

En una época en que la guerra decaían, José Ignacio Gorriti aprovechó la tregua para rendir homenaje Güemes. Con un mes de anticipación, convocó a todos los amigos de Güemes para que participaran en la ceremonia de exhumación y traslado.

“Preparado todo para la lúgubre ceremonia; y el día prefijado, mi padre, seguido de todos los empleados y de los militares que se hallaban en la ciudad, montó a caballo y salió de la casa de Gobierno.” J. M. Gorriti

La escena fue solemne y emotiva.

“En la calle y en todo el tránsito lo esperaba una inmensa multitud que lo siguió en silencio las cinco leguas que medían entre la ciudad y el Chamical. Llegados al fúnebre sitio, mi padre apartando la señal que su mano había colocado sobre la tumba del héroe, cogió la azada y levantó él mismo la tierra que cubría su sagrado, que abrazó él primero y que después rodeó la multitud de rodillas, y elevando al cielo un inmenso gemido.”J. M. Gorriti

El momento culminante del traslado se produjo cuando la procesión llegó a la Catedral de Salta.

“La fúnebre procesión pasó ante mis ojos como una visión mística, perdiéndose en el pórtico y las profundas naves de la Catedral, donde sepultaron las reliquias del héroe al pie del tabernáculo.” Hoy, los restos de Martín Miguel de Güemes descansan en el Panteón de las Glorias del Norte en la Catedral Basílica de Salta, frente a la plaza «9 de julio», un lugar de honor que perpetúa su memoria y su legado. J. M. Gorriti

Este acto de exhumación y traslado, realizado por José Ignacio Gorriti y acompañado por la multitud, marco la consagración del General como Héroe y escribió en la historia de Salta y Argentina el testimonio del profundo respeto y amor que el pueblo sentía por Güemes.

Fuentes:

  • El Historiador
  • Libro “Sueños y realidades, 1865, Juana Manuela Gorriti
  • Juan O. Wayar (imagenes)

Publicado por Juana Manuela

Empresa destinada a la publicación de textos de difernetes géneros literarios, como así también a la difusión de nuestra cultura latinoamericana.

Deja un comentario